Hablar del problema de la violencia nos introduce en un universo complejo que involucra a la sociedad en su conjunto y al territorio en sus múltiples escalas de representación. Sociedad y territorio conforman un binomio indivisible que resulta a la vez, causa y efecto de la violencia. En tal sentido la violencia, como práctica social, genera un tipo particular de organización espacial; y en sentido inverso, la conflictividad espacial es un factor de peso para el surgimiento de tipos específicos de violencia en el territorio.
Desde una perspectiva espacial, el trabajo de Marina Inés de la Torre aborda el estudio de la relación entre ocurrencia delictiva y densidad de población. Esta última es considerada en sus dos vertientes principales: densidad de población residencial y densidad de población flotante. A través de un estudio comparado de casos, la evidencia empírica le per- mite concluir que, con excepción de las áreas centrales, no existe una relación tipificable entre ambas dimensiones y, en tal sentido, no es posible aproximar densidades de población recomendables para el diseño de localidades urbanas seguras. El potencial interpretativo del conjunto de ma- pas temáticos aportados, permite identificar correspondencias y discrepancias entre los patrones geográficos de comportamiento de las dimensiones consideradas.